Jennifer Koirala es propietaria de Unique Brows, un concurrido salón de cejas en la calle South Willow en Manchester. Ama tanto su negocio que incluso su placa vehicular dice brows, cejas en inglés.
Dice que convertirse en una buena técnica de cejas, especialmente con hilo, fue una curva de aprendizaje.
“Solía hacerlo en mis pies, cuando eres nueva nadie te quiere dar sus cejas para que lo hagas”, cuenta. Ahora tiene una clientela leal.
Koirala, quien es de Nepal, creció en un campamento de refugiados en Bhutan. Ella dice que la parte más difícil fue tener a seis familiares durmiendo en un pequeño cuarto donde no siempre había electricidad.
“Pero lo bueno de cuando estábamos en el campamento de refugiados, fueron los vecinos junto a nosotros, los tratábamos como familia”, djo. “Así es como nos criaron”.
Ese sentimiento de comunidad hace que Koirala piense en sus vecinos.
Su tienda está ubicada en la zona más comercial de Manchester. Junto a esta, hay restaurantes, unidades de almacenamiento, centros de lavado y mucho más. Pero dice que los impuestos son altos, y cree que esto aleja a las personas de empezar un negocio.
Desde comienzos de la pandemia, ella ha visto a más clientes mudarse de New York y Massachusetts. Los demógrafos estatales dicen que New Hampshire ha ganado más residentes de los que ha perdido en los recientes años. De las más de 100,000 personas que se han mudado al estado en los pasados dos años, más del 44% son del Bay State.
A Koirala le preocupa que todos los recién llegados no puedan encontrar un sitio que puedan pagar.
“Recuerdo que en 2013, pagaba $700 por un departamento con tres cuartos, y ahora está a $2100”, dice Koirala.
En 2023, alguien tendría que ganar $70,600 al año para pagar una renta promedio mensual de $1,764 incluyendo utilidades, según New Hampshire Housing.
Ella quiere que las rentas se reduzcan en la ciudad y que haya más transporte público. Cuando Koirala recién llegó a New Hampshire en 2008, los buses públicos le permitían llegar a su trabajo porque no tenía un carro. Ella dice que es un servicio básico que beneficia a muchas personas, especialmente a inmigrantes.
Koirala dice que le gustaría ver a más policías patrullando en la noche cuando las mujeres salen de su trabajo. Para ella, el próximo alcalde debe promover más oportunidades para que las mujeres de color abren más negocios.
“Incentivo a las [mujeres de color] a ser más fuertes e independientes”, dice.
Pero ella dice que el principal problema que la ciudad tiene es la indigencia. Espera que quien lidere el próximo gobierno local, tenga ideas para ayudar a las personas y no solo empujarlos por la ciudad.
Koirala dice que estará en las urnas el martes, aunque no es por su emoción de votar por Jay Ruais o Kevin Cavanaguh
“Todos dicen 'Podemos cambiar esto, esto,esto' y al final no pasa nada, esa es la razón por la que no me emociono, pero como ciudadana tengo que cumplir mi deber, así que definitivamente votaré”.

En el lado opuesto de la ciudad, Thom Lavoie vive en una calle tranquila en el North End, uno de los barrios más ricos de Manchester. Suele caminar alrededor de la manzana con el labrador de su hija. Él disfruta ver las plantas a su alrededor, y el perro disfruta la cercanía a senderos y ríos.
Lavoie está especialmente orgulloso de los esfuerzos que la ciudad está haciendo para convertirse en en un centro de biofabricación de órganos, células y tejidos. Pero también le encantan los nuevos restaurantes y bares.
Él dice que cuando sus hijos, que ahora viven en Massachusetts, regresan a su barrio, se sorprenden de lo renovado que está el downtown con restaurantes y bares, donde antes solo habían espacios vacíos para negocios.
Pero dice que hay un lado que sus hijos no tienen que experimentar a diario.
“[Les digo] que vengan a las 8 a.m. cuando llego a la oficina y tengo que caminar junto a agujas y pasar junto a indigentes”, dice. “Es real, y está allí y es muy triste”.
Lavoie dice que el próximo alcalde debería trabajar junto al estado para resolver este problema de una manera humana en lugar de prohibirle a las personas acampar en las calles cuando no hay refugio disponible, como Jay Ruais ha propuesto.
Para Lavoie, lo más importante que el próximo gobierno local debe hacer, es crear un sentimiento de orgullo de pertenecer a la comunidad de Manchester.

A pocas cuadras del downtown, vive Christopher Lemus de 15 años y su mamá Yuri Franco. Él tiene dos hermanos y también está Hunter, un enorme y hambriento Rottweiler. Él no vota, pero tiene sus opiniones sobre dónde le gustaría ver a Manchester, especialmente en su barrio.
Él dice que hay una calle donde se han dado tiroteos. Sin embargo, le gusta vivir allí porque se puede caminar. Pero, también le gustaría poder andar en su bicicleta tranquilo, como lo hacen personas en barrios más afluentes como el North End, donde hay carriles para bicicletas.
“Cuando monto mi bicicleta, suele ser en la vereda”, dice. “Trato de no causarle un accidente o molestar a las personas manejando”.
Asiste a la secundaria West High School y dice que ama lo inclusiva que es con las personas de descendencia inmigrante. Pero desde el reciente tiroteo en Maine, a él le preocupa que el próximo alcalde ponga detectores de metales en la entrada.
Franco, la mamá de Christopher, suele estar ocupada encargada de su hijo menor en casa. Ella es de El Salvador. Para ella, tener un parque apropiado para pasar tiempo con su familia, es importante. Ella dice que el actual parque necesita una renovación.
“Veo que los columpios están rotos, hay partes que le faltan”, dice. “Creo que deberían arreglarlos”.
Franco dice que ella solo quiere ver a alguien a cargo a quien le importe los detalles que mejorarían la vida diaria en Manchester.
