En una noche helada, seis personas se encuentran afuera del edificio Families in Transition, el único refugio de emergencia para adultos en la ciudad de Manchester. Llegaron tarde y les dijeron que ya no había más camas disponibles.
Dam Wright, un voluntario local, dice que eso suele ocurrir en noches frías como aquella. Pero, últimamente ha visto algo distinto: las camas se llenan porque nuevas personas que han perdido sus hogares durante la pandemia están llegando para intentar encontrar un lugar para dormir.
Wright dice que a varias personas se las rechaza con bastante regularidad. Él solo puede recomendarles dónde dormir y darles una cobija. No tienen otro lugar para ir a descansar.
Kelly McAndrew es una de las personas que se quedó sin cama. Ella ha vivido en las calles de forma intermitente durante los últimos diez años. Hace unas semanas, no pudo pagar su alquiler, por lo que se encontró nuevamente sin hogar. Tiene un brazo roto porque dijo que le robaron hace un par de noches.
McAndrew dice que esta noche buscará un callejón donde refugiarse.
Segúncifras recientes, en Manchester hay 1,700 personas sin hogar pero solo hay 130 camas disponibles en este refugio.
No está claro cuántas personas se han quedado sin hogar en lo que va del año, pero en Families in Transition esperan que muchas más personas pasen por sus puertas en los próximos meses — especialmente familias. Solo hay 11 unidades disponibles para ellos y una larga lista de espera.
Schonna Green, directora de iniciativas para personas sin hogar, dice que la ciudad planea intervenir con los propietarios y alojar a las familias en moteles, pero en cuanto a los refugios de emergencia solamente cuentan con que las iglesias locales abran pronto sus puertas.
“El inventario es extremadamente bajo y pedimos que más gente colabore con un espacio para las personas sin hogar”, dijo Green.
La gente además se queja de la falta de personal de seguridad y también dice que el lugar está lleno de chinches y faltan cobijas. Además, està la preocupación de las duchas rotas. Samantha Colby, otra voluntaria local, ha estado sin hogar antes y sabe surgirán otros desafíos durante los próximos meses.
Colby dice que es difícil dormir cuando tienes frío y no te sientes seguro. “Es trágico el invierno”, dice.
La ciudad enfrenta el desafío de satisfacer las necesidades de las personas sin hogar mientras más familias buscan ayuda.
