En 2010, Juan Marcos llegó a New Hampshire a vivir en un clima que jamás imaginó de niño en su pequeña comunidad maya de Guatemala, un pueblo que él aún desaprueba por ser muy patriarcal. Sin embargo, ser parte de esa cultura lo llena de orgullo por las muchas otras cosas buenas que le ha enseñado.
Llegó a Estados Unidos con el incentivo de dejar atrás las costumbres machistas de su etnia pero pronto se dio cuenta que venía a ser un trabajador más entre millones.
Vino sin hablar español fluído y aún menos inglés, pero aprendió ambos idiomas en pocos meses. “Mientras avanzaba en las clases de inglés me quedaba a ayudar a los compañeros primerizos”, dice Marcos, “mientras yo les enseñaba lo que sabía de inglés, ellos me enseñaban español”.
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A los 21 años, decidió hacer que su vida avanzara más, y siendo autodidacta aprendió a dar charlas motivacionales basadas en sus experiencias. El gusto por hablar en público lo heredó de su padre que es pastor, “ahí aprendí cómo hablarle a la gente”, cuenta. .
Ha logrado motivar a estudiantes de escuelas secundarias. A eso se dedicaba hasta que en el 2020 la pandemia lo dejó sin trabajo. Al igual que millones de personas, él también cambió su modalidad de trabajar más desde casa y a través de Internet. Abrió su página deFacebook, en la que publica videos motivacionales, y sus seguidores han crecido mucho desde entonces.
Además de influencer, Marcos es barbero y trabajador de construcción. Sueña con ser conferencista.
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