Como un joven estudiante de medicina en México, Alejandro Urrutia soñaba con un país más justo. Formó parte de los movimientos revolucionarios de 1968 hasta que un evento inesperado lo marcó para siempre y cambió el rumbo de su vida.
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Urrutia ya vive en Hudson, New Hampshire y es defensor de los derechos de los inmigrantes. Desde que llegó a los Estados Unidos, él dice que vive cada día intensamente.
“Creo que no es tan importante cuanto vive uno, sino vivir y tener una vida con propósito”, dice Alejandro.
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