Un guardia de seguridad del New Hampshire Hospital murió el viernes tras sufrir un disparo en el vestíbulo de la instalación, antes de que un policía estatal asignado al hospital disparara y matara al sospechoso, según funcionarios.
Aún faltan muchos detalles por confirmar, pero los funcionarios dicen que no hay una señal de que haya un riesgo al público.
Lo que sucedió

Alrededor de las 3:40 p.m. el viernes por la tarde, la policía estatal recibió una llamada que reportaba un tiroteo en el New Hampshire Hospital, el hospital psiquiátrico del estado en Concord.
Las autoridades dicen que el sospechoso entró al vestíbulo del hospital y - antes de pasar por los detectores de metal - le disparó a Bradley Haas, de 63 años, que trabajaba como guardia de seguridad en el hospital. Un policía estatal asignado al hospital disparó y mató al sospechoso.
“Todo indica que las acciones de este policía salvaron muchas vidas, y que sus acciones fueron heroicas”, dijo el fiscal general John Formella en una rueda de prensa el sábado.
Funcionarios dijeron que Haas había recibido RCP antes de ser transportado al hospital más cercano, el Concord Hospital, donde fue declarado muerto.
“Siempre será recordado como un hombre que murió protegiendo a pacientes, personal y visitantes en el New Hampshire Hospital”, dijo Formella de Haas. “No podemos expresar la gratitud que tenemos por su servicio, y las palabras no pueden expresar las condolencias que queremos mandar a su familia, amigos y seres queridos”.
Las autopsias realizadas el sábado indican que Haas y el sospechoso murieron de varios disparos. No parece que ningún paciente, visitante o personal sufrió heridas. Formella dijo que otras personas estaban en el vestíbulo a la hora del tiroteo.
Formella dijo que Haas no estaba armado cuando ocurrió el tiroteo, pero “sería inusal para alguien en esa posición estar armado, trabajando seguridad en el vestíbulo”.
El estado todavía no está identificando al policía estatal que le disparó al sospechoso. Dicen que no van a publicar esa información mientras no se complete una investigación formal. Formella dijo que es “normal” tener a un policía estatal asignado al hospital psiquiátrico del estado.
Lo que sabemos del sospechoso
Funcionarios han identificado a John Madore de 33 años como el hombre armado. Un posible motivo no se conoce en este momento, y funcionarios no han confirmado si tenía alguna conexión con el hospital donde ocurrió el tiroteo.
Los registros de la corte muestran que se le ordenó ser transportado desde el hospital para audiencias judiciales por cargos de asalto y conducta imprudente en 2016 y 2017. Esos cargos luego fueron retirados, según documentos de la corte.
Pero, con base en los documentos disponibles, no se sabe porque Madore fue transportado de la instalación. Los funcionarios no confirmaron si era un paciente.
En 2014, Madore también fue acusado de cargar un arma sin licencia para hacerlo. Luego de declararse culpable para un cargo relacionado, eso fue archivado sin ningún hallazgo. Pagó una multa y fue sentenciado en la condición de buen comportamiento.
Madore brevemente trabajó como un especialista de apoyo en grupo en el Riverbend Community Mental Health en Concord en el verano del 2019. Riverbend dice que él no estaba contratado allí cuando se dio el tiroteo el viernes.
En una rueda de prensa el sábado, Formella dijo que Madore fue un transeúnte, y recientemente pasó tiempo en un hotel en el Seacoast y en el área de Concord.
“Fuera de eso, estamos recolectando datos e información, y estamos trabajando juntos para obtener más información sobre el señor Madore y porqué hizo esto y cómo llegamos a este trágico incidente”, dijo Formella.
El director de la policía estatal Col. Mark Hall dijo que oficiales que respondieron a la escena descubrieron una van prendida en el parqueadero que “a primera vista parecía sospechosa”. Investigadores con el escuadrón de explosivos luego determinaron que el vehículo no era un riesgo para el público, dijo Hall, pero sí encontraron “varios artículos preocupantes” dentro de la van - “incluyendo un fusil tipo asalto, chaleco táctico, y revistas de municiones.”
Madore usó una pistola de 9mm, con municiones adicionales, en el tiroteo, según Hall.
Funcionarios no podían decir si parecía que Madore iba llevar a cabo un tiroteo masivo. Dijeron que están tratando de recolectar información sobre su ubicación antes del tiroteo, la van y otros detalles que revelen más información sobre el incidente.
Funcionarios le están pidiendo a cualquier persona con información sobre Madore o el tiroteo, contactar la unidad de crímenes mayores al 603-628-8477.
Lo que sabemos de la víctima

Antes de ser un guardia de seguridad, Haas trabajó por casi tres décadas en el departamento policial de Franklin, incluyendo como jefe durante dos años. Se retiró del departamento en el 2008, según reportes mediáticos. La familia de Haas, que también trabajó como policía militar en el ejército americano, está pidiendo privacidad.
Funcionarios dieron sus condolencias para Haas y su familia después del tiroteo.
“El oficial Haas fue un miembro dedicado del equipo que murió como un héroe protegiendo a los pacientes y personal del New Hampshire”, dijo el comisionado de seguridad Robert Quinn en un comunicado el sábado por la mañana. “Nos duelen los corazones”.
El gobernador Sununu también expresó sus condolencias en una publicación en redes sociales el viernes por la noche. Reiteró esos sentimientos en la rueda de prensa el sábado.
“Si no fuera por las [acciones] heroicas y el sacrificio de Bradley Haas, el valor del personal del New Hampshire Hospital, y la respuesta inquebrantable del policía estatal, esta tragedia podría haber sido mucho peor”, dijo Sununu. “New Hampshire les debe su gratitud”.
Lo que esto significa para el hospital
New Hampshire Hospital es el hospital psiquiátrico del estado, ubicado en un campus con varios edificios del gobierno estatal. Alrededor, hay un vecindario y canchas deportivas en el centro de la ciudad.
El hospital que provee servicios para personas con graves condiciones de salud mental que han sido involuntariamente internados para tratamiento psiquiátrico, está cerrado para visitantes pero abierto para pacientes, según la comisionada estatal de salud Lori Weaver. Datos estatales muestran que el viernes habían 152 personas admitidas.
Después del incidente, el hospital quedó cerrado a visitantes pero sigue abierto para pacientes, según la comisionada de salud estatal, Lori Weaver.
“Muchos aspectos de la operación del hospital siguen normales. Pero, este evento ha interrumpido las visitas, y estamos trabajando para restablecer la entrada de visitantes”, dijo Weaver el sábado. “Pacientes se están comunicando activamente con sus familias por teléfono, y esperamos que las visitas pueden empezar de nuevo pronto.”
Funcionarios han establecido un centro de comunicación para familiares de pacientes del New Hampshire Hospital. Se puede llamar al 603-271-3004. Weaver también dijo que hay apoyo adicional disponible para cualquier persona al 988, la línea nacional para personas en crisis.
Formella dijo que no cree que ningún otro hospital esté en riesgo después de este tiroteo.
No es la primera vez que este tipo de violencia ocurre en un hospital en New Hampshire. En el 2017, un hombre le disparó y mató a su madre dentro del UCI en Dartmouth Hitchcock.
Steve Ahnen, presidente del New Hampshire Hospital Association, agradeció a los que respondieron al incidente por sus esfuerzos de “minimizar más daño y proveer cuidado a los que lo necesitaban”.
“Los hospitales no solo son lugares de saneamiento. Son santuarios de compasión, cuidado y esperanza”, dijo en un comunicado el sábado. “Todos los hospitales del Granite State están aquí para apoyar a los lideres y personal de New Hampshire Hospital mientras lidian con esta tragedia inexplicable que han sufrido”.
Como otros están respondiendo
Susan Stearns, quien lidera el grupo de salud mental NAMI-New Hampshire, dijo que estaba pensando en el personal, emergencistas y familias con seres queridos en el hospital.
Ella dijo que Granite Staters probablemente estén procesando el tiroteo que ocurrió en Lewiston, Maine hace unas semanas — incluyendo emergencistas que ayudaron en los días después del tiroteo.
“Hemos pasado por una situación similar con lo que ocurrió en Lewiston, que queda cerca”, dijo. “Muchos de nosotros sentimos que fue traumatizante que pasará tan cerca. Obviamente pienso que esto será traumatizante para las personas”.
Stearns enfatizó que por el momento se sabe poco del tiroteo del viernes y advirtió sobre vincular actos de violencia con enfermedad mental, lo cual puede ser común después de estos incidentes.
“La gran mayoría de personas con enfermedad mental, o sea un quinto de individuos - no son violentas y no cometen estos actos”, dijo.
Stearns noto que hay recursos disponibles 24/7 para cualquier persona que necesite ayuda. Las personas pueden llamar o textear al 833-710-6477 para el New Hampshire’s Rapid Response Access Point, para ayuda en una crisis de salud mental o uso de sustancia.
También pueden visitar el sitio web de NAMI. Puedes leer más sobre servicios de salud mental en momentos de crisis aquí.