Cada año, la Iglesia Católica St Aloysius of Gonzaga en Nashua es el hogar de una procesión de las estaciones de la cruz. La gente camina por las Calles de los Árboles, un barrio predominantemente de inmigrantes, y muchos feligreses se visten con túnicas para recrear la marcha de Jesús hacia la crucifixión.
La marcha comienza en la iglesia de West Hollis Street, donde los voluntarios recrean la escena de Jesús siendo condenado a muerte. Las oraciones se dicen en español e inglés.

El reverendo Marcos Gonzales-Torres dijo que esta es una exhibición para que toda la comunidad aprenda más sobre la fe y la cultura Latina. “Es la conexión con la patria”, dijo. Él recuerda como de niño pequeño caminaba por las calles de México con su mamá llorando por Jesús.
Entre los fieles se encuentra José Adrián Amador, de México, quien vive en Nashua desde hace 11 años. Interpretó el papel de un soldado romano que le grita a Jesús que se levante y vaya más rápido. Dijo que es importante que la gente sepa que esto no es un espectáculo, sino que se trata de recordar el sacrificio de Jesucristo.
“Se trata de fe”, dijo Amador.
Su hijo de 15 años, Juan, interpretó por primera vez el papel de soldado. Dijo que se sentía ansioso antes de la procesión, pero cuando comenzó los nervios desaparecieron. Su papá le dijo que deberían orar por la paz en el mundo.
A medida que avanzaba la procesión, la tensión aumentaba cada vez que Jesús caía. Pintado de rojo en toda su ropa, Martín Lorza, quien es originario de Colombia y vive en New Hampshire desde hace 20 años, dijo sentirse en paz consigo mismo cuando se viste como Jesús “porque todos hemos sido pecadores y tenemos que pedir humildemente por su ayuda”, él dijo.
Amparo Sierra, quien también es de Colombia, vive en Nashua desde hace 32 años. Ella es una profesora de catecismo que interpretó el papel de Verónica, la mujer que limpió la cara de Jesús. “Esto me hace sentir especial”, dijo, “les digo a mis alumnos que esta procesión es una forma de conectarse con sus raíces y su fe”.
Los feligreses dijeron que esta modesta celebración en Nashua no es solo un mensaje sobre el dolor que sufrió Jesucristo sino también de amor y esperanza para quienes lo buscan en esta Semana Santa.